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XALAPA.- El impacto económico provocado por el Covid-19 en el sector comercio, servicios y turismo suma 1.6 billones de pesos de marzo del año pasado al mismo periodo de este año, anota el presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), José Manuel López Campos. Se estima que las transacciones en turismo cayeron 75 por ciento, lo que ocasionó que los negocios de ese giro dejaron de percibir más de 137 mil 132 millones de pesos. Los establecimientos del sector servicios fueron los más afectados, pues tuvieron pérdidas por más de 800 mil millones de pesos, lo que representó una disminución en sus ventas del 50 por ciento en promedio, explicó. En tanto para el comercio, el desfalco se calcula en 625 mil 324 millones de pesos, que significa una caída en las ventas de 38 por ciento respecto al mismo periodo en 2019, de acuerdo con estimaciones de la Dirección de Comercio Interior de Concanaco-Servytur, que retoma información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. López Campos señala que las cifras muestran la complicada situación económica por la que atraviesan las empresas del sector terciario debido a la contingencia sanitaria, pues muchas de ellas aún no logran su reactivación. “Aunque los gobiernos federal, estatales y municipales hicieron algunas acciones para tratar de apoyar a la economía y los negocios, los recursos no fueron suficientes, y tuvieron que enfrentar la crisis solos, muchos sobrevivieron pero otros tuvieron que cerrar, generando pérdida de empleos”, reclama, en tono suave. Ahora, dice que con el reciente cambio en el semáforo epidemiológico —en el que ya no hay estados en color rojo— se espera que un mayor número de establecimientos comerciales y servicios puedan reactivarse, dijo. Pero esto no significará una recuperación total, si no que se calcula que las ventas que se tenían antes de que se declarara la pandemia en el país, tardará varios años en recuperarse, pues las economías de los países dependen también del entorno económico global, así como de mantener una economía sana con indicadores macroeconómicos estables que den certeza a los inversionistas, respeto al estado de derecho y que exista una eficacia real en las políticas públicas de apoyo para la recuperación.
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