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.- Todo parece indicar que la flamante estrategia de seguridad del Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez se basa en el principio de que, ahogado el niño, a tapar el pozo. Y es que, luego de la masacre de 12 personas en un camino de terracería de Las Choapas, registrada la noche del domingo pasado, a ese municipio ubicado en el extremo sur del estado arribaron cientos de policías de diversas corporaciones. Se informó que fueron más de 300 elementos de la Policía Estatal, Gendarmería, Fuerza Civil y Guardia Nacional los que habrían llegado presuntamente para apoyar en la zona rural donde fueron ejecutadas las doce personas. Aunque habría que preguntarse si los oficiales ya cuentan con órdenes de aprehensión o retratos hablados para saber quiénes fueron los responsables y sobre quién o quiénes irán, o si andarán dando palos de ciego, metiéndose a las casas y haciendo detenciones arbitrarias como acostumbran, bajo la consigna de que para ellos todos son sospechosos. Habrá que ver.
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