Elecciones, el mono cien y Galeano

viernes 19 de abril de 2024

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Elecciones, el mono cien y Galeano.

Con respecto al fenómeno llamado “mono cien”, algunos dicen que es una leyenda urbana, otros que es un estudio sin suficiente sustento o de escaso rigor científico, unos más lo reducen a un bulo o noticia falsa.

Domingo 18 de Marzo de 2018

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.- Con respecto al fenómeno llamado “mono cien”, algunos dicen que es una leyenda urbana, otros que es un estudio sin suficiente sustento o de escaso rigor científico, unos más lo reducen a un bulo o noticia falsa.

Hace casi cuarenta años se publicó un libro llamado, “Marea vital: la biología de lo inconsciente.” En ese texto –el autor- relata un sorprendente suceso que ocurrió cuando un grupo de japoneses estudiaban una colonia de monos en una isla cercana a Japón. En 1952 esos científicos quisieron cambiarles la alimentación a los macacos, en lugar de lo que tradicionalmente comían, los inducían a que comiesen papas –los monos- al verlas embarradas de arena las rechazaban. Después de cierto tiempo, a una mona joven se le “ocurrió” lavar las papas en el río antes de comerlas, y entonces las comió sin problemas. Luego, como un juego, enseñó a los demás monos jóvenes a lavar las papas antes de comerlas. En 1958 todos los monos de la isla lavaban esos tubérculos antes de ingerirlos.

¿Qué explica el cambio de comportamiento –lavar las papas antes de comerla- en la mona joven? Evidentemente que lavar los alimentos no está en el repertorio conductual de los animales. Probablemente el evento fue fortuito y –para sorpresa de la changuita- le resultó sumamente agradable el sabor y textura del tubérculo. A partir de ese suceso siguió enjuagando las siguientes papas que engullía ¿Y qué pasó con el segundo mono que lavó las papas antes de comerlas? ¿Qué lo hizo cambiar? Los psicólogos conductistas -quizá digan- que fue un asunto de aprendizaje vicario o que el segundo mono emitió una conducta de imitación e hizo lo que la primate inicial ejecutó o pueden decir que fue un proceso exitoso de modelamiento, en donde la mona joven fue el modelo.

¿Qué sucedió para que toda la comunidad variara su comportamiento? ¿En qué momento se presentó el fenómeno? En el caso de los monos se eligió -para fines de divulgación- el número 100 como indicador de lo que se conoce como la masa crítica. Una vez que se alcanzó la masa crítica, la nueva habilidad adquirida se propagó como una inusitada rapidez en cada uno de los monos y todos empezaron a lavar las papas antes de comerlas.

La sociología dice que se necesita una cantidad mínima de individuos –ejecutando una conducta- para que un fenómeno masivo tenga lugar. A esa cantidad mínima de sujetos se le conoce como: masa crítica. Cuando se alcanza ese número de entes haciendo lo mismo, el fenómeno adquiere una dinámica propia que le permite sostenerse y crecer. Casi, casi como el contagio de una enfermedad. El concepto y teoría de masa crítica proviene de la Física pero es aplicado en las ciencias sociales, política, formación de opiniones y en la mercadotecnia.

Por otra parte, en un documental –el cálido y excepcional- Eduardo Galeano cuenta una historia que gira en torno al miedo, los cambios y el aprendizaje de comportamientos

valerosos y dignos. Galeano sitúa ese relato en Bolivia durante el gobierno militar (1971-1978) del General Hugo Banzer Suárez.

Galeano dice que conoció a Domitila Barrios en un pueblo minero de Bolivia. Dice que su primer encuentro con esa mujer fue en una asamblea de mineros. Ella era la única mujer.

En esa reunión una discusión gremial se había prolongado y ella interrumpió y dijo: “yo quiero preguntar ¿Cuál es nuestro enemigo? Y los hombres decían: la burguesía, la oligarquía, el ejército, la tecnocracia. Y ella corrigió. No compañeros, nuestro enemigo principal es el miedo y lo llevamos adentro.”

El uruguayo sigue diciendo: “Tiempo después, en otro viaje a Bolivia, volví a ver a Domitila en la plaza principal. Estaba sentada en medio de la plaza con otras cuatro mujeres que también eran de la región minera de Oruro (…) tenían unos carteles que advertían que estaban en huelga de hambre hasta que cayera la dictadura del General Banzer. La gente que pasaba y las veía se burlaba de ellas. Y comentaban: ´Así que cinco mujeres van a derribar una dictadura militar´. Yo me quedé viendo aquello, escuchando, volví después, (…) les vi crecer. Las 5 mujeres se convertían en 50 y después eran 500, después 5 000 y después 50 000 y después 500 000 y la dictadura militar cayó. Las cinco mujeres no estaban equivocadas. Ellas derribaron una dictadura militar.” La historia boliviana registra esa valerosa y digna huelga de hambre y les da crédito a esas mujeres en el derrumbamiento de la dictadura.

En el contexto nacional, en las próximas elecciones para elegir al presidente de la república, los candidatos con mayores posibilidades de triunfo prometen cambiar muchas de las cosas que están mal en el país. Reconocimiento tácito de la descomposición institucional y podredumbre social -producida por la corrupción/impunidad- en que nos encontramos. Independientemente del candidato por el que se vaya a votar, es de razonable civilidad, estar en contra del fraude y los delitos electorales. El sentido común y la ética así lo indican.

Uno de los candidatos ha generado muchas adhesiones a su aspiración y provocado múltiples simpatías a su postulación. Me pregunto: ¿logrará alcanzar durante las campañas su simpatizante 99 y el día de las elecciones al votante número100? ¿Estará cerca de lograr la masa crítica que lo lleve al triunfo? Las encuestas parecen indicar esa posibilidad. Ojalá logré juntar esa masa crítica y su triunfo sea inobjetable. El otro escenario es menos deseable. Alguien puede prender un cerillo en ese recipiente de gasolina en que se ha convertido el país. En otras palabras: el horno no está para bollos.

Si los defensores del corrompido sistema hacen trampas o cometen fraudes durante las elecciones –ojalá y no- me pregunto: ¿Cuántos ciudadanos lograrán vencer el “miedo que se lleva adentro” y se manifestarán –sin violencia- en contra de la estafa? ¿Cuántos mexicanos recobrarán el orgullo, la vergüenza y la dignidad ante la afrenta? ¿Valdrá la pena luchar por el respeto a nuestras decisiones y revertir el robo? ¿Cuántas Domitilas y Domitilos emergerán de la sociedad mexicana y harán huelga de hambre? ¿Vencerán? Ya veremos.

alfredopoblete@hotmail.com