Pide Iglesia católica garantizar infancias libres de explotación laboral; en México 3.7 millones de menores están trabajando MEMORANDUM 1.- El Trabajo Infantil es una realidad complicada que a diario enfrentan millones de niños, niñas y adolescente en México, por ello la Iglesia católica hace un llamado a hacer esfuerzos para garantizar el acceso a la educación y a una vida libre de explotación laboral, a través de políticas públicas que protejan y promuevan los derechos de la infancia, así como reforzando la atención y cuidado de los padres hacia ellos. En el editorial del semanario católico Desde la fe, la Arquidiócesis Primada de México recuerda que el 12 de junio se conmemoró el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y recuerda que la Organización Internacional para las Migraciones reporta que han crecido en más de 160 por ciento los casos de niños que han sido ocupados como guías para cruzar a indocumentados. Señala que al menos 3.7 millones de niños, niñas y adolescentes en México están atrapados en el trabajo infantil, según la Encuesta Nacional del Trabajo Infantil y de acuerdo con la agencia de las Naciones Unidas, el fenómeno está creciendo debido al aumento de la pobreza absoluta entre las familias (ONU, 2024). Destaca que la situación es delicada en estados como Guerrero, con una tasa del 24.5 por ciento, y Chiapas con el 20.8 por ciento, donde niños de 11 o 12 años, que aún no saben leer ni escribir, se ven obligados a trabajar para sobrevivir. “En lugar de llevar consigo las cicatrices de las caídas en bicicleta y las lecciones académicas, son las burlas, el rechazo, las miradas crueles, las palabras hirientes y las actitudes violentas las que marcan a millones de niños desde una edad temprana”, indica.
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Historia de las 13 mujeres que han sido o son presidentas en Latinoamérica; Sheinbaum sería la décimo cuarta MEMORANDUM 2.- La primera mujer presidenta de un país latinoamericano fue María Estela Martínez de Perón, (1974-76), más conocida como Isabelita, su nombre artístico desde sus tiempos de bailarina. Llegó a la presidencia en 1974, después de la muerte del presidente argentino Juan Domingo Perón a quien acompañó en la fórmula presidencial como vicepresidenta. Pese al tirón popular por ser la segunda viuda de Perón (la primera fue la legendaria Evita, otra exbailarina), Isabelita fue una marioneta de su ministro José López Vega, miembro de la logia masónica italiana Propaganda Due (P2), ligada a la CIA y al sector ultra del Vaticano, y miembro de la siniestra Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). en 1976 fue derrocada por un golpe de Estado militar que dio inicio a una sangrienta dictadura militar, que la encarceló durante cinco años y a sus 93 años vive aún autoexiliada en Madrid. La presidenta latinoamericana es también la que menos tiempo estuvo en el poder (8 meses), tras ser derrocada por un golpe de Estado (uno de los 23 que ha sufrido Bolivia, récord mundial). Pese a su corto gobierno, periodo en el que sobrevivió a un intento de magnicidio, y pese a su casi nulo conocimiento fuera de Bolivia, la figura de Lidia Guelier Tejada (1979-80) ha crecido con el paso del tiempo, ya que fue una precursora del feminismo y de la moderna izquierda democrática. Más conocida era su prima la estrella de Hollywood Raquel Welch, nacida Jo Raquel Tejada, hija de Armando Tejada, hermano de la madre de Lidia, quien se mudó de Bolivia a California. Otro dato llamativo de la exguerrillera comunista y luego presidenta: el general golpista anticomunista que la derrocó, Luis García Meza, fue su primo segundo. Violeta Barrios de Chamorro, Presidenta de Nicaragua (1990-97), primera mujer presidenta de Nicaragua llegó por un trágico golpe del destino. Casada con Pedro Joaquín Chamorro, director del diario La Prensa, su vida cambió cuando su marido fue asesinado durante la dictadura de Somoza, por denunciar su brutal represión. Este crimen no sólo precipitó el triunfo en 1979 de la revolución sandinista, liderada por Daniel Ortega, sino la conversión de la “viuda de Chamorro” en símbolo de todo lo que representaba su marido y su periódico: la democracia. Ganó las elecciones de 1990 como líder de una coalición opositora al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), victoria que fue reconocida por el entonces presidente Ortega, en uno de sus últimos gestos democráticos antes de convertirse en dictador. Ertha Pascal-Trouillot. Presidenta de Haití (1990-91) Primera y única mujer que ha ocupado el cargo de presidente de Haití, y primera y única mujer afroamericana en todo el continente que ha sido jefa de Estado. El 10 de marzo de 1990, el general Herard Abraham asestó un golpe militar para derrocar al militar de Prosper Avril. Permaneció en el cargo de presidente durante tres días y luego transfirió el poder provisionalmente a Ertha Pascal-Trouillot (quien fungía como jefa de justicia de la Corte Suprema), para que allanase el camino para las primeras elecciones democráticas en la historia de Haití, que tuvieron lugar el 16 de diciembre de 1990, ganadas por Jean-Bertrand Aristide. Sin embargo, Aristide arrestó a Pascal-Trouillot bajo cargos de complicidad tras sufrir un intento fallido de golpe de Estado. Fue liberada al día siguiente a pedido del embajador estadounidense. Mireya Moscoso. Presidenta de Panamá (1999-2004) A la muerte de su esposo, el tres veces presidente y luego derrocado Arnulfo Arias, Mireya Moscoso se proclamó heredera de su partido político heredera del partido que fundó su esposo. Ganó las elecciones en 1999 y bajo su mandato le tocó celebrar el hecho más importante en la historia reciente del país: la entrega total de la soberanía del canal de Panamá según lo estipulado en los Tratados Torrijos-Carter. Moscoso, junto a Jimmy Carter fueron los protagonistas del acto celebrado el 31 de diciembre de 1999. Su mandato culminó con polémica y con la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba, luego de que, presionada por la embajada de EU, indultara en 2004 a los cuatro terroristas (entre ellos Luis Posada Carriles) que intentaron asesinar a Fidel Castro durante su visita a Panamá en la Cumbre Iberoamericana en el año 2000. Michelle Bachelet. Presidenta de Chile (2006-10, 2014-18), la líder socialista fue la primera mujer latinoamericana que se convirtió en presidenta después de haber sido encarcelada y torturada por los militares en los años oscuros de las dictaduras represoras protegidas por EU. Su padre, el general Alberto Bachelet, fiel al gobierno de Salvador Allende, corrió menos suerte y murió en una cárcel de la dictadura. Su llegada al Palacio de La Moneda fue impulsada por haberse sido la primera mujer que presidió el cargo de ministra de Defensa en Latinoamérica. Tras su primer mandato fue también la primera mujer en presidir la recién creada ONU Mujer, antes de convertirse (de nuevo) en la primera mujer latinoamericana en ganar un segundo mandato en las urnas. Laura Chinchilla. Presidenta de Costa Rica (2010-14) Al igual que Bachelet, Laura Chinchilla adquirió popularidad tras ser la primera mujer en ocupar el cargo de ministra de Seguridad Pública (Costa Rica abolió el Ejército). Tras asumir el poder, la líder conservadora se encontró con un país con altos niveles de violencia y golpeado por la recesión global derivada de la crisis de 2008. Cuatro años después, Chinchilla logró reducir la criminalidad y devolver el país al crecimiento. Cristina Fernández de Kirchner. Presidenta de Argentina (2007-11, 2011-15) La segunda mujer presidenta de Argentina llegó al poder beneficiada por la popularidad de su marido, Néstor Kirchner, quien decidió no presentarse a la reelección y nombró candidata peronista a su esposa. La muerte repentina de Néstor Kirchner, en 2010, no hizo sino aumentar la popularidad de la presidenta-viuda, que logró la victoria para un segundo mandato, aupada también por el fuerte crecimiento económico y el agradecimiento de millones de argentinos por encarcelar a los represores de la Junta Militar. Sin embargo, la apuesta por el gasto público y el consumo dio paso a uno de los fantasmas de Argentina, la deuda externa, la devaluación del peso y la corrupción, por la que está siendo investigada. Al igual que Bachelet, Dilma Rousseff también fue torturada en la cárcel durante la dictadura militar, para luego convertirse en la primera mujer que gobierna el gigante sudamericano, de la mano de mentor político, Lula da Silva. La recesión global golpeó su gestión económica y generó una ola de descontento, que golpeó su popularidad y acabó convertida en la primera y única presidenta latinoamericana que enfrentó un juicio político (impeachment), que concluyó con su expulsión del poder en 2016, bajo el cargo de maquillar el déficit presupuestario del país. El fallo fue considerado por muchos un golpe de Estado de las fuerzas conservadoras, que dio paso a las victorias de Michel Temer y luego del nostálgico de la dictadura, Jair Bolsonaro. Xiomara Castro. Presidenta de Honduras (2022-2026) La venganza del expresidente José Manuel Zelaya —echado del poder tras un golpe de Estado en 2009— llegó en 2022, con el triunfo de su esposa Xiomara Castro, que se convirtió en la cuarta jefa de Estado centroamericana, un hito democrático y de empoderamiento de la mujer sin parangón en ninguna otra región del mundo. Aún en el cargo, la líder izquierdista (ya sin el entusiasmo de su marido por el chavismo) heredó un narcoEstado, lo que la llevó a extraditar a su predecesor, Juan Orlando Hernández, preso en EU. Además, pidió ayuda a la ONU para crear una comisión internacional de lucha contra la corrupción, tras admitir la impotencia de su gobierno para enfrentar por sí solo una de las mayores lacras de la democracia latinoamericana. Jeanine Áñez. Presidenta de Bolivia (2019-2020) La segunda mujer presidenta de Bolivia llegó al poder el 12 de noviembre de 2019, dos días después de que los militares “invitaran” a Evo Morales a renunciar a la presidencia y se marchara al exilio en un avión enviado por México. Asumió el cargo automáticamente por su condición de vicepresidenta y lo hizo prometiendo desmontar el régimen socialista de Morales. Sin embargo, Áñez no llegó al año en el poder, al que renunció el 7 de noviembre de 2020, tras invalidar su Presidencia el Tribunal Constitucional. El 7 de diciembre de 2020 entregó el poder a Luis Arce, heredero de Morales y ahora enemigo. Ambos pelean por ser el candidato socialista de cara a las elecciones de 2025, mientras Áñez se apaga en una cárcel desde hace dos años, acusada de “resoluciones contrarias a la Constitución”. Dina Boluarte. Presidenta de Perú (2022-2026) Al igual que la boliviana Áñez, la vicepresidenta Dina Boluarte llegó al poder el 7 de diciembre de 2022, el mismo día del fallido autogolpe de Pedro Castillo, arrestado cuando trataba de refugiarse en la embajada de México en Lima. Pero, lejos de ayudar a solucionar la crisis, ordenó una sangrienta represión contra los seguidores de Castillo, que la llevó a batir récords de impopularidad, agravada, además, por el escándalo de los Rolex que recibió a cambio de favores, aprovechando su cargo. Actualmente está siendo investigada y finalmente podría acabar en la cárcel e incrementar el récord mundial de Perú de más presidentes que han dormido en prisión.
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México, entre los 13 países que no firmaron la declaración de la Cumbre por la paz de Ucrania MEMORANDUM 3.- La Cumbre de Paz de Ucrania, que reunió a cerca de 92 países, finalizó este domingo con una declaración conjunta que reclama que la “integridad territorial” de Kiev sea la base de cualquier acuerdo de paz que ponga fin a la invasión rusa, aunque trece países, entre ellos México declinaron firmar el documento. Entre estos países que no firmaron la declaración se encuentran Brasil, India y Sudáfrica -que forman parte junto a Rusia y China del grupo de economías emergentes, conocidos como los BRICS-, además de México. Tampoco se unieron a la declaración final Armenia, Bahréin, Indonesia, Libia, Arabia Saudita, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos, mientras que 80 países sí suscribieron el documento, incluidos los de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Argentina, Chile y Ecuador. Turquía, que ha intentado hacer de intermediario entre Rusia y Ucrania, también lo firmó. Los ochenta países firmantes hicieron un llamamiento conjunto para que la “integridad territorial” de Ucrania sea la base de cualquier acuerdo de paz que ponga fin a la guerra rusa de dos años. La negativa de estos trece países a firmar la declaración final —la mayor parte de ellos tampoco envió a sus jefes de Estado, sino a cancilleres o funcionarios de menor rango (México envió a la canciller Alicia Bárcena)— supone una pequeña victoria para las ambiciones imperialistas de Putin, ya que en mayor o menor medida aceptan la política de “hechos consumados” que exige el Kremlin para frenar la guerra: reconocer como rusos los territorios ucranianos anexionados, impedir el ingreso de Ucrania en la OTAN y levantar las sanciones internacionales contra Rusia. Todo ello a costa de las decenas de miles de ucranianos muertos desde que el presidente ruso ordenó la invasión, el 24 de febrero de 2022. La canciller Alicia Bárcena, lamenta que en la guerra Rusia contra Ucrania se observa con preocupación una escalada y mayor despliegue de armamento y equipo militar señala que “los ataques a buques mercantes en puertos o a lo largo de las rutas, así como contra puertos o infraestructuras portuarias civiles, son inaceptables”.
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