Debo de reconocer que algún día llegué a pensar -uno también tiene sus sueños- que nuestro México se salvaría de la debacle mundial que ya está en nuestras narices pero que nadie quiere verla. Pero todo está de cabeza…
Los Dioses salvadores no llegan; el Anticri$to no aparece por ningún lado; y México, al igual que el resto del mundo, habrá que cambiar. No hay modo de escaparnos. Vamos con la ola; somos un vagón en medio de un largo convoy y no nos podemos zafar. Y todavía no tocamos fondo…
Los intereses económicos son la locomotora que nueve el convoy; y están -como siempre han estado- por encima de los intereses de todos los seres vivos. El Homo sápiens ha desaparecido miles de especies de plantas y animales, rompiendo en varias partes la cadena ecológica de la vida…
Pero independiente de que destruir a quien nos da de comer es a todas luces insensato. Innoble. Por supervivencia no podemos seguir devastando La Naturaleza impunemente. Por lo ya hecho, y lo que seguimos haciendo, habrá que pagar las consecuencias. Por ello, aquí nada va a cambiar…
Y nada va a cambiar, porque para que haya un cambio se requiere que la gente cambie; y eso no va a suceder. Es inentendible que no puedan renunciar al relativo confort en el que viven, en aras de una mejor vida para el Planeta…
Seguirán aseándose con papel sanitario -perfumado y acolchonadito, eso sí- cuando el 60 % de los árboles que se talan en el mundo, son para hacer esos rollos de papel. Pero presumen de ser ecologistas…
Como también presumen de serlo los que comen carne, cualquier tipo de carne -los carroñeros, diríase apegado a la regla, porque no son cazadores-. Cómo se va a cambiar si la gente sigue haciendo lo mismo…
Cómo alguien puede pensar que se puede llegar a otro destino siguiendo la misma ruta, caminando sobre los mismos pasos. Pero, aunque parezca broma, así lo cree la gente; y tiene la esperanza de que así sea. Tienen fe en lo imposible…
Pero es cómo querer acabar con la violencia, cuando la gente se alimenta de violencia y se intoxica con alimentos chatarra. Los mismos que han sido prohibidos -creo que por enésima vez- en las escuelas. A ver si ahora sí lo hacen efectivo. Pero regresemos con la violencia…
Cuando el olor de la sangre envenena la mente. Por algo bien decía el Gran Duque Constantino de Rusia (1827 - 1892) “Detesto la guerra. Echa a perder a los Ejércitos”. Y solo hay que ver cómo regresan los soldados que han ido al frente…
Industrias poderosas, como las de los toros y la “alimenticia”, vaya usted a saber en qué artes, pero “doblegaron” a los legisladores y metieron a la congeladora la iniciativa de ley que pretendía prohibir las corridas de toros; y todo aquello en la que los animales fueran lastimados…
Quienes participan y quienes se divierten con el sufrimiento y la muerte, son gente de muy pocas entendederas, por no decir que tienen un espíritu tan bajo, que se consideran superiores a todas las demás especies de animales…
Y ya que hablamos de los morenos que mandaron a la congeladora la iniciativa; ahí les va un morenazo de pura cepa. Y ¡ajúa!
Circula un video en donde el líder de Morena en Tamaulipas, Gastón Arriaga, grita: “Que viva el Cártel del Golfo. ¡Putos!”. Los que de inmediato se deslindaron de semejante individuo, fueron los del Cártel del Golfo…
Se espera que los morenos nacionales digan algo al respecto; cuando menos antes de que los Partidos de oposición, teniendo un espécimen con ese respaldo, lo acojan en su seno y lo lancen como su candidato.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
|
|