Corrían los tiempos de Diógenes (412 – 323) nacido en Sinope -actual Turquía- cuando Alejandro de Macedonia (356 - 323) llegó a la Ciudad y, sabiendo de la fama del ideólogo, quiso conocerlo…
El cuadro de Alejandro y su encuentro con el indigente que vivía dentro de una tinaja, un barril o algo parecido; y comía con los perros, ha sido representado por muchos pintores. Y el diálogo que sostuvo con el menesteroso tiene también sus versiones…
Pero el solo echar a volar la imaginación y ver llegar a ese personaje, montado en “Bucéfalo”; un caballo del que se ignora su raza, pero suponen que era oriental. Aunque algunos dicen que era persa y que lo montaba para demostrar su dominio sobre ellos…
Pero como la palabra Bucéfalo es de origen griego y significa cabeza de buey, y los caballos árabes son de cabeza muy especial, muy hermosa, con el hocico muy fino, además de que al faltarles la última vértebra, la cola la tienen siempre levantada; por lo que es solo una versión. Pero todos concuerdan en que debe de haber sido animal magnífico, en correspondencia a él mismo…
Y parado frente la tinaja, la escena debe de haber sido tan impactante como para pasar a la Historia y representar toda una ideología de vida; sellada con las palabras del Conquistador; quien luego de la entrevista comentó: “Si no fuera Alejandro, me gustaría ser como Diógenes…
Lo interesante del caso, es que esa solemnidad que debe de haber revestido la anterior anécdota, sin soslayar la trascendencia, es totalmente contraria a la filosofía de vida de Don Pepe Múgica…
Ejemplo no solo de político, sino de ser humano que, en un “vochito”, donde quiera que va -y manejando él- la gente lo recibe con muestras de cariño. Y se trae a cuento, porque el hábito no hace al monje…
Y eso no es nada, comparada con la visita que le hizo Joe Biden al Papa Francisco allá en el Vaticano; quien montado en una de las dos bestias -la “Bestia” le dicen al auto en el que lo llevan, pues él no maneja-…
Siempre van dos bestias igualitas para despistar al enemigo y que así no sepa en cuál de las dos viaja; no le vayan a echar un dron por ahí. Aunque del mal de ojo seguro que no se escapa…
El caso es que llegó hasta las mismas puertas del humilde palacio vaticano, precedido y seguido por una caravana de ¡85 vehículos de todo tipo! Sí, leyó Usted bien, amable lector 85 y todos negros…
No cree el mundo entero que ya es suficiente; que hay algo que cambiar. Pasamos de las monarquías al imperialismo suntuoso y ofensivo, a una democracia solemne y ostentosamente teatral que nada tiene que ver con la igualdad social…
El caso es que como queriendo apantallar al Santo Padre que siempre va todo de blanco y en papamóviles blancos -se vería muy mal si fuera negro- porque se quiera aceptar o no, es más que evidente que el color influye.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. Día 2 |
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