Ni idea de lo que el mundo esté perdiendo con el asunto del econoviru$; ni cómo va a quedar el mundo, cuando quienes propiciaron la pandemia la den por terminada y todo regrese a la normalidad…
Bueno, eso de normalidad será hasta que nos vuelvan a hacer otra jugarreta. Finalmente no será la primera vez que los malos manejos nos llevan a una recesión. Porque dirán misa; pero hoy ya todo está más caro. Ha comenzado la especulación por miedo…
Al imponer un toque de queda sanitario -por llamarlo de alguna manera- ya nadie podrá salir a la calle; y los miles y miles de empleos que se ejercen en la vía pública, especialmente por parte de los sectores más desprotegidos, van a ser los más perjudicados…
Si en países del primer mundo, como Italia, la pandemia los sorprendió sin un sistema de salud preparado; de presentarse aquí con la misma proporción, será un caos que alegremente los medios impulsarán. No hablan de otra cosa, están fascinados con las noticias…
Si ahorita es difícil encontrar otra nota que no esté relacionada con el bicho, que de paso ha está echando por tierra eso del dios todo poderoso, porque hasta el Vaticano tuvo que tomar medidas contra aquél infame virus del demonio -como diría Francisco de Assis en “Los motivos del Lobo” de Rubén Darío (1867 – 1916)-…
De imaginarnos lo que dirán los honorables medios de comunicación a la hora que vayan a haber muertos aquí en México; que siempre serán menos que los que se mueren a causa de la diabetes, los fumadores, los cancerosos, los sidosos y los balazos, etc…
Aquí el asunto tiene otro fondo, pero todavía no encuentro cual es. Si es una guerra comercial entre EE.UU. y China, pues ya se les salió de control; y no es por la cantidad de fallecidos, sino por el miedo a lo que va a pasar con medio mundo paralizado sin poder salir de sus casas…
Deje usted amable lector, el comercio y lo que perderá. Los hoteles, las aerolíneas y todo tipo de transportes. Las broncas en las casas donde sus miembros tendrán que convivir las 24 horas y compartir responsabilidades durante 30 días; cuando lo mismo y ni se conocen, se identifican, pero no se conocen…
Claro que a algunos padres les servirá para estar en contacto con sus hijos y ver la clase de fichas que son. Pero se imaginan a las y los que tengan amantes. ¡Vaya bronca! Recuerdo una película, que se llamó “La cigarra no es un bicho”…
En la cinta, la Cigarra es el nombre de un hotel de paso, donde una cuarentena los agarra con cupo lleno, por decirlo de la mejor manera. Divertidísima, se las recomiendo. Sobre todo ahora que todo indica que nos van a tener en arraigo domiciliario. ¿Cuántos aguantarán? ¿A cuántos les será positiva la convivencia y a cuántos no?...
Porque hasta en la “casa real” de España hay broncas entre el Rey Felipe VI y su padre Juan Carlos. El monarca ya declaró que no quiere heredar nada de su padre; le quitó el título de Rey emérito y le suspendió los dineros que cobraba sin hacer nada…
Las malas lenguas dicen que se enteró de los malos manejos de su Padre cuando era Rey y no quiso mezclarse en ello. Auque ciertamente que ya se sabía por eso le dicen Juan Carlos de Bribón, no de Borbón…
Y sobre todo dicen que se desquitó de los malos tratos que le daba y le siguió dando a su mamá, la princesa griega Sofía…
Pero hay más ¿Las empresas les pagarán a sus empleados si no van a trabajar; el gobierno lo hará? Y si no les pagan, con qué van ellos a cubrir la renta, la luz, el agua y la comida, si la mayoría vive al día…
Los restaurantes; las señoras que llevan comida a las empresas y a las escuelas; los que venden en las calles ¿qué va a pasar con todos ellos? El hacinamiento en los reclusorios y las visitas familiares…
Se habrán puesto a pensar en todas las consecuencias que traería el magnificar al econoviru$ o solo vieron sus propios intereses. Lo cierto es que ya echaron a andar a la maquinaria del terror. La gente está apanicada y el miedo mata…
Y aunque ya tienen el pretexto ideal para echarle la culpa al bicho de la debacle económica, no todos la van a librar bien, pues los dejará muy mal parados.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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