Los políticos y sobre todo aquellos que ocupan un cargo público, tienen, sin saberlo, uno de los mayores peligros que enfrenta sin entender que es un serio peligro, el riesgo de cometer las más trascendentes pifias de su función pública y sobre todo, quedar manchado su expediente al ser registrado el uso o mal uso que se da al electrónico aparato, más si están atendiendo el parloteo, los periodistas duchos en la interpretación de lo que expresa el funcionario público, queda para la historia el yerro.
Lo que sucede en nuestro país por causa de lo que expone ante un micrófono nuestro primer mandatario, le está poniendo en grave peligro de que sus simpatizantes se aparten del cariño que expresaron en las elecciones federales pasadas y el amor se convierta en grave señalamiento de lo que expone, no importa que tan apegado a la verdad este lo que dice. El peligro lo representa la imposibilidad de hacer bueno lo que dice que pretende hacer para bien de los mexicanos, al funcionar lo microfoneado y quedar en el registro virtual, en el momento oportuno, que se da cuando las cosas no van saliendo como lo prometió, sus simpatizantes se muestran indiferentes en primera etapa y enemigos después de mascullar, rumiar lo analizado y divulgado por los diferentes medios de comunicación.
La única fórmula que tienen los políticos en cargo público, es tener cerca un consejero que le esté recordando que es humano, los yerros propios del funcionario se disculpan en primera ocasión, pero si está exponiéndose al hablar por dos o tres horas todos los días, simplemente le pasa lo que a cualquier ser normal, se equivoca, si es sensato, pide disculpas, pero si habla todos los días, los escuchas que son periodistas, lo están acechando y cuestionando apenas pone en función su dicho, conectado al cerebro o simplemente a las cuerdas vocales, cae en el error y la prensa critica le muerde la mano al no tener puesto el bozal challotero. No existió el consejero que le soplara “recuerda Cesar eres humano”. Pero AMLO se siente omnipotente, infalible y libre de cometer yerros, casi Dios.
Mal andamos al ser gobernados por funcionarios desubicados, en Veracruz andamos en malos momentos, lo dicho por el primer mandatario al levantar la mano al Gobernador, declarándolo triunfador de un justa injusta, inexistente, lo transforma, y al igual que quien lo declaró infalible y triunfador, la desubicación le coloca en peligrosa postura, no entiende que tiene enemigos en casa y detractores entre los perros a los que quito el Bozal. Muerden.
Se dice que un consejero le sugirió poner en la entrada a la oficina del Gober el verso apotegma de Juvenal: “Hoc volo, sic jubeo, sit pro ratione voluntas”
(Lo quiero, lo mando, sirva mi voluntad de razón) ¡AGUAS!
Noviembre 9 del 2019 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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