TENIA RAZON el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez cuando culpó a su abuela, doña Manuela Durán de todo el desgarriate que se armó en torno a la acusación de nepotismo que le formularon algunos medios de comunicación, al darle trabajo de primer nivel en el Gobierno que encabeza a su primo hermano, Eleazar Guerrero Pérez –subsecretario de administración y finanzas de su administración-, aunque no fue necesario ir a preguntarle a la santa señora que en gloria esté qué fue lo que realmente ocurrió; los acuciosos reporteros recurrieron mejor a las oficinas del Registro Civil, y allí encontraron el secreto mejor guardado del gobernante en turno: que su abuela tuvo dos parejas o maridos: 1.-Don Trinidad Guerrero que es el padre de Julio Guerrero Durán, tío del Gobernador Cuitláhuac y papá de Eleazar Guerrero Pérez, procreado con la señora Bertha Pérez Benavidez. De hecho, Guerrero Durán aparece en una fotografía –o aparecía- en la cuenta de Facebook del, ahora, gobernante García Jiménez, en un festejo de cumpleaños el 10 de Agosto de 2014 bajo el título: “celebrando el cumpleaños de mi tío”, y se observa a don Julio frente a un pastel y rodeado de familiares, entre ellos Kanek y su hermano de Cuitláhuac que, por otra parte, descienden de don Wenceslao García, padre de Atanasio García Durán quien procrea al, ahora, Gobernador con Julieta Jiménez Torres. Atanasio y Julio, hijos de doña Manuela Duran son, por lo tanto hermanos, lo que se confirma al ser hijos de la misma madre –aunque de diferentes papás- y, por lo tanto, Cuitláhuac García Jiménez y Eleazar Guerrero Pérez, aunque no tengan los mismos apellidos, son primos hermanos, lo que configura el nepotismo pero, sobre todo, la traición al Presidente Andrés Manuel López Obrador a quien envió el falso resolutivo de su contralora, Leslie Mónica Garibo Puga, una pobre mujer que en aras de no perder la chamba prefirió mentirle a los veracruzanos y al jefe de las instituciones Federal que, al fin y al cabo, ni siquiera es veracruzana.
LA FAMILIA es, sin duda, la célula principal de la sociedad; ahí se aprenden los valores y la práctica de éstos constituye la base para el desarrollo y progreso de la colectividad. Es, quizá, el único espacio donde nos sentimos confiados, plenos; es el refugio donde nos aceptan y festejan por los que somos sin importar la condición económica, cultural, intelectual, religión a profesar o preferencia sexual. La familia nos cobija, apoya, nos ama y respeta, y negarla resulta indigno, en pocas palabras: ¿se puede confiar en quienes niegan a su familia, como lo ha hecho el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez al manifestar que Eleazar Guerrero no es su primo hermano, cuando documentos oficiales como actas de nacimiento de los hijos de su abuela dicen lo contrario?. Peor aún, ¿se puede confiar en alguien que es capaz de engañar al mismísimo Presidente de la República que en más de una ocasión ha venido a Veracruz a levantarle la mano y clasificarlo como persona honesta, trabajadora y de buenos sentimientos y que, incluso, cuando lo cuestionaron en torno al nepotismo del Gobernante Estatal en una mañanera minimizó los hechos y pidió que se investigara?. ¿Es honesto quién miente; quien niega un parentesco que existe para darle “chamba” al primo porque sin él se siente desprotegido?. Dice la Real Academia de la Lengua que “Honestidad” es la virtud que se podría definir en decir verdad, ser decente, recatado, razonable y justo y no mentir (ojo, no mentir), y desde un punto de vista filosófico, la honestidad es una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo como se piensa y se siente (coherencia, lo que indica que el Gobernador no es coherente). Se refiere a la cualidad con la cual se designa a aquella persona que se muestra, tanto en su obrar como en su manera de pensar como justa, recta e íntegra. Quien obra con honradez se caracterizará por la rectitud de ánimo, integridad con la cual procede en todo en lo que actúa, respetando por sobre todas las cosas las normas que se consideran como correctas y adecuadas en la comunidad en la que vive. Pero en su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo exterior, los hechos y las personas; en otros sentidos, también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo (esto es, quien se miente a si mismo, miente a los demás)
AHORA BIEN, si el Gobernador no es honesto como lo ha demostrado al mentir en torno al parentesco que le une a Eleazar Guerrero Pérez –su primo hermano aquí y en China, ya que no existen los medios hermanos y menos cuando se trata de hijos de una misma madre-, el ejemplo lo expande a sus colaboradores, como ha ocurrido con la, ahora, deshonesta Contralora General del Estado, Leslie Mónica Garibo Puga que apenas la semana pasada “desmintió” que entre Cuitláhuac García Jiménez y Eleazar Guerrero Pérez existieran lazos consanguíneos, cuando existen actas de nacimiento que prueban los contrario, lo que ameritaría la renuncia voluntaria de la servil funcionaria, o el despido ipso facto desde la Presidencia de la República por prestarse a un “juego perverso” que, al parecer, es propio de esta administración tomando en cuenta el reciente secuestro, levantón o privación ilegal de la libertad de Marco Miranda Cogco, Marmiko, lo que a juicio de la Fiscalía General configuraría cosas muy raras y sospechosas, como si la desaparición hubiese sido un plan diseñado que les salió de control, solo para meter un susto al comunicador y lo curioso, la frase anticipada del Gobernador en torno a los hechos, como curándose en salud: “No somos perversos, seguiremos respetando la libertad de expresión. Exigiremos se inicie una investigación contra quien amenazaba periodistas (como refiriéndose a Yunes y acaso culpándolo de antemano del hecho). Se acabaron las eras de "tolerar" grupos delictivos y secuestradores; como en Minatitlán, iremos por todos ellos a pesar del FGE (y la Fiscalía investigó y ahora las cosas no pintan bien para el Gobierno Estatal, ya que hay indicios que el hecho fue planeado).
PARA EL filósofo romano, Marco Tulio Cicerón, la honestidad representa el fin mismo al que debe aspirar el ser humano para ser recto, y las obligaciones surgen de los cuatro principios (o virtudes cardinales) que, de forma unida y mutuamente dependientes la conforman (y que Cuitláhuac tiene atrás de Palacio de Gobierno representadas en cuatro estatuas monumentales: Prudencia, Justicia; Fortaleza y Templanza. En pocas palabras, una persona que actúa con honestidad lo hace siempre apoyada en valores como la verdad y la justicia, y no antepone a estos sus propias necesidades o intereses (como imponer a un primo que consideras indispensable). En este sentido, una persona honesta estará siempre apegada a un código de conducta caracterizado por la rectitud, la probidad y la honradez, y acaso el Gobernador debe entenderlo porque no solo tiene al primo incrustado en un puesto de vital importancia en Finanzas, sino que ese primo ya metió a trabajar a sus hijos, amasias y lo que se acumule, como lo hacen otros funcionarios de su Gobierno. Vaya gobierno honesto. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com VER IMÁGENES |
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