ES CASI NORMAL que en los cambios de gobierno, haya, de alguna manera, una ligera disminución de los ingresos y por lo tanto, no se puedan cumplir, cabalmente con todos los compromisos que se fijan en la temporada de navidad, considerando que el relevo presidencial y gubernamental, se da el primero de diciembre.
Esta condición no opera, regularmente, para los ex funcionarios que se van del gobierno en estas fechas, porque de alguna manera y esta comprobado, que se llevan la mejor parte del presupuesto y de todo lo que puedan embolsarse antes de dejar los jugosos sueldos que vinieron percibiendo.
Hablamos, sin duda alguna, para el pueblo en general, que es el que reciente estos cambios en el mando del país y del Estado, porque llegan nuevos equipos de colaboradores, nuevas ideas y desde luego, una buena parte de revancha y de venganza, tratando de desechar todo aquello que no les parece y sobre todo, tratándose de trabajadores, los echan a la calle, por el simple hecho de haber trabajado para un gobierno anterior.
Y se resiente esta situación, principalmente entre los trabajadores que no tienen nada que ver con las siglas o con los programas políticos anteriores, porque son personas que han dejado su vida, prácticamente, en las actividades que les corresponde desempeñar en cada sexenio que se desarrolla, lo que no entienden o no quieren entender los nuevos personajes que llegan a ocupar los puestos de mando y dirección.
Así, tanto a nivel federal como estatal, muchos de los trabajadores se quedan sin trabajo, porque de plano, los corren sin tomar en cuenta el trabajo desempeñado por el solo hecho de haber servido a un gobierno anterior, más cuando, como en los recientes casos, los gobiernos que se aprestan a tomar las riendas del país y del Estado, provienen de otras siglas totalmente diferentes a las anteriores que tuvieron el poder político y administrativo.
Por estas razones se dan disminuciones en el poder adquisitivo de los trabajadores, unos porque ya fueron despedidos de su trabajo y otros porque temen que en el mes de enero sean sustituidos por otros trabajadores, que independientemente de la experiencia que tengan, son parte del nuevo equipo que se va a hacer cargo del nuevo gobierno.
Bajo estas consideraciones, muchas familias mexicanas, tuvieron que abstenerse de hacer gastos en la cena de navidad, pensando que es mejor guardar lo poco que tienen, porque seguramente se van a enfrentar al terrible fantasma de los despidos laborales, sin reconocimiento alguno y con pocas probabilidades de encontrar un nuevo empleo que les permita subsistir.
Para todos ellos, hubo amarga navidad, porque sabiendo los efectos de los cambios de gobierno, no pudieron disponer de lo necesario para disfrutar estas fiestas decembrinas en otra época política del país, es decir, otros tiempos en los que no ocurren cambios de gobierno, como esta sucediendo ahora en que ya se tiene noticia de los despidos que ya se efectuaron, pasados apenas, los primeros veinticinco días de gobierno.
Los que esperaban quedarse en su trabajo, han recibido estas malas noticias desde antes de la navidad, por lo que, como ya hemos señalado, la noche buena de apenas unas horas, no pudieron disfrutarla ni cumplir con algunos compromisos contraídos, porque, de plano, ya no tienen trabajo y pasará un buen tiempo en que vuelvan a colocarse, quizá, en la actividad privada, porque en la pública, ya se han fijado programas severos de austeridad, donde ya no habrá oportunidades para trabajar y ganarse la vida honestamente.
Vienen, como consecuencia, muchos problemas para México y para Veracruz, porque miles de trabajadores se quedan sin trabajo, sin poder llevar a sus hogares lo necesario para la subsistencia familiar y esto, en una gran parte, corre el riesgo de que muchos que ahora son honestos trabajadores, caigan en las garras de la delincuencia por mera necesidad, incrementándose la violencia ya generalizada y estableciéndose un nuevo reto para las autoridades federales, estatales y municipales, para contener los hechos delincuenciales en todo el territorio nacional, porque nada detendrá a una persona cuando ve que su familia no tendrá ni para comer en los próximos seis años de gobierno, con el riesgo de que vuelvan a ganar las mismas siglas políticas y por lo tanto, alargar sus necesidades de comer, vestir, calzar y tener medicinas, educación y una vida digna a la que tiene derecho por ser mexicano y veracruzano, a la vez.
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AYER, EN NAVIDAD, pude observar a varios niños, de familias desamparadas, tener hambre, cuyos padres, piden ayuda, por no decir limosna para llevar un pequeño bocado a sus hijos, cuando apenas unas horas antes, se había celebrado la noche buena y con ella, cada quien en su medida, habían disfrutado la cena familiar.
Estos son los verdaderos momentos que nos hacen reflexionar sobre las acciones del gobierno, que a pesar de tener las posibilidades de trabajar por más empleos y al mismo tiempo en programas de detenimiento del crecimiento poblacional, no hacen, prácticamente, nada.
Esos niños que vi, seguramente, pudieron tener un momento más grato de convivencia familiar, si el padre trabajara en algún empleo, donde pudiera ganar lo necesario para comer y disfrutar con su familia de esta época decembrina, con las fiestas navideñas y del año nuevo, que también, es otro de las oportunidades para celebrar en familia. |
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