PRACTICAMENTE, con la entrega del segundo informe de labores, último correspondiente a esta administración bianual, se cierra un capítulo más en la historia política de Veracruz.
Se tenía, casi seguro, que el depositario del Poder Ejecutivo de Veracruz, no asistiría a cumplir personalmente con esta obligación constitucional, y que en su lugar, por supuesto, lo haría el Secretario General de Gobierno.
Pero no fue así, físicamente, el Gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes Linares, acudió a las instalaciones del Congreso local, para dejar constancia de que es una obligación del Ejecutivo Estatal, cumplir con esta disposición constitucional, entregando el documento que contiene las acciones de su gobierno durante estos dos años, los cuales, están por fenecer.
Hace casi dos años, Yunes Linares, salía del Congreso, con la responsabilidad y el honor de servir a los veracruzanos, después de rendir protesta como Gobernador de la entidad, todavía con las promesas en la mano de que haría todo lo imposible por concretar un cambio que los propios gobernados querían ver en la administración estatal, desterrando, no solamente a la corrupción, sino persiguiendo, a través de las instituciones creadas para tal fin, a quienes aparecían como responsables de un saqueo indiscriminado de las arcas estatales.
Los veracruzanos, no mostraban duda de que así sería, porque la mayoría de ellos conocía bien a Miguel Ángel Yunes Linares, un hombre de carácter, poseedor de la inteligencia necesaria, la preparación adecuada y la experiencia de muchos años en el quehacer público, con lo cual garantizaba, a propios y extraños que su gobierno sería como ninguno muy a pesar de contar, solamente, con dos años de tiempo.
Los sectores de la población, a ojos cerrados, creyeron en las promesas, pero sobre todo, en los compromisos contraídos por el Ejecutivo Estatal, considerando que por fin, en el Estado, había un personaje de fuerza necesaria para combatir todos los males que habían estado distrayendo el desarrollo de la entidad, en todos los sentidos.
No había nadie, en todo el territorio estatal, que dijera lo contrario, pues muestras había desde los tiempos en que fue Secretario General de Gobierno, durante la administración del Ex gobernador Patricio Chirinos Calero, de que se trataba de un hombre preparado para llevar a cabo todas las acciones gubernamentales, con el acierto y la responsabilidad que le caracterizaban, pues muchos apostaban que su carácter era más que suficiente para lograr lo que otros, con tibieza, no pudieron hacer para sacar adelante a la entidad veracruzana, amenazada, principalmente, por el fantasma de la inseguridad.
Era, por así decirlo, no un mero momento de la transición, dejando atrás el poder establecido por los miembros más importantes del priismo estatal, sino la llegada de una nueva época, una nueva esperanza para los veracruzanos, que sabían de las promesas y de los compromisos que se adquirían por los nuevos conductores políticos de la entidad.
Pero, el tiempo transcurrió, se llevaron a cabo algunas acciones, sobre todo, de persecución política y de enfrentamientos con todos los sectores de la población, mostrando, casi lo contrario a todo lo que se venía pensando.
Vino así la decepción y comenzaron las preocupaciones, ya que eran tiempos de grandes problemas sociales, principalmente, aquellos que amenazaban y siguen amenazando la tranquilidad, la seguridad y la paz de miles de familias que esperaban un mejor futuro en este sentido y en tantos otros, derivados de una plena garantía se seguridad.
Vino la exigencia del propio pueblo veracruzano, para solucionar diversos asuntos que afectaban a la sociedad, pero no hubo respuesta positiva y se cerraron las oficinas, el mismo Palacio de Gobierno. Los funcionarios en general se encerraron y no hubo manera de poder establecer el dialogo directo, como en los tiempos del Ex gobernador Rafael Hernández Ochoa, a quien el actual Gobernador del Estado, conocía a perfección.
Hoy, Veracruz, se agarra nuevamente de la esperanza, con nuevo gobierno, con nuevo Jefe del Poder Ejecutivo de Veracruz, con nuevas siglas, con nuevos actores políticos que llegan con los mismos objetivos, de hacer cambiar las condiciones políticas, económicas y sociales de una entidad que ha vivido de todo y que espera que ahora sí, un nuevo porvenir le abra las puertas, no tan solo de Palacio de Gobierno, sino de nuevas oportunidades que permitan conseguir un mejor futuro.
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SABIENDO QUE SU responsabilidad al frente del Gobierno del Estado, comienza desde el primer segundo del día primero de diciembre, de este mismo año, el Gobernador electo de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, rendirá la protesta correspondiente en esa hora, cumpliendo plenamente con lo establecido constitucionalmente y dejando fuera aquella creencia que se generaba un cierto vacío de poder, entre el momento en que terminaba la gestión anterior y la toma de protesta que normalmente se hacía más tarde, es decir, alrededor de las once de la mañana.
Así es que los señores legisladores, en calidad de representantes populares, darán fe de esta ceremonia que tendrá lugar, así se indica, apenas concluido el tiempo de la administración anterior, por lo que el día treinta de noviembre, por la noche, será de agitación política, tanto en las instalaciones del Congreso local, como en toda la entidad, pues seguramente que tratándose de un evento político
de grandes dimensiones, la mayoría de veracruzanos, estarán pendientes, a través de los medios de comunicación, Radio, Televisión e Internet, de los momentos de esta transición del poder constitucional en Veracruz, más cuando, ahora, las condiciones políticas son otras y donde se espera, como ya se ha comentado en muchas ocasiones, que verdaderamente se concrete el cambio que los propios habitantes de esta entidad, esperan, considerando que se genera una nueva época política en Veracruz, con nuevo Gobernador, con nuevas siglas políticas y con distintos proyectos de trabajo.
Será, al mismo tiempo, una noche larga para todos, pues también se ha anunciado que el Gobernador electo, ya constitucionalmente, Gobernador del Estado, se traslade hasta Palacio de Gobierno, así como en sus alrededores, donde, supuestamente, ya se ha organizado la fiesta del nuevo porvenir de Veracruz.
También, se dice, el Gobernador electo, para entonces, ya Gobernador del Estado de Veracruz, tendrá la oportunidad de acudir a la ceremonia de toma de posesión del nuevo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Eso se dice y seguramente, eso se hará.
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Y LAS COSAS COMIENZAN a marchar de la manera más adecuada en el congreso local, pues hay, a pesar de las diferencias presentadas durante estos diez días, una especie de convivencia política entre todos los actores políticos que ya son inquilinos de este importante edificio legislativo.
Se asegura que todo este ambiente de cordialidad política, se ha venido concretando en razón de los lineamientos que se dictan por el actual Presidente de la Mesa Directiva, que preside, precisamente, el Diputado José Manuel Pozos Castro, que bien conoce el oficio político con la experiencia que ha logrado por el desempeño de los puestos públicos que ha tenido oportunidad de realizar.
Se espera que de aquí en adelante, la diputación veracruzana, con independencia de los grupos parlamentarios que funcionan, se conduzca con mayor interés en los problemas de los veracruzanos, cambiando el panorama de ver, solamente, por sus propios intereses.
Esa es, hasta ahora, la percepción que se tiene dentro y fuera del Palacio Legislativo, con la llegada de nuevos actores políticos de la entidad.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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