Estamos los humanos inquietos por enfermedades como el SIDA, nos espanta poder estar en condiciones de indefensión ante este flagelo, bien que nos preocupemos, pero tanto o aún más que preocuparnos por el SIDA, lo debiera ser inquietarnos por el daño que hacemos al medio ambiente, daño que se revierte contra nosotros y provoca males más dañinos y costosos de atender que las diarreas o cualquier otra enfermedad infecciosa.
Soy veracruzano, vivo en este municipio y conozco muchas de las malas costumbres que imperan en el comportamiento ciudadano, desde hace varios años he insistido en que la basura que generamos debe ser clasificada y procesada industrialmente, para evitar que la descomposición de la orgánica provoque males de difícil control, nada pasa, gobiernos indiferentes al manejo técnico industrial de la basura desatienden el grave, gravísimo foco de infección que representa la basura tirada en un espacio que no tiene la más remota semejanza con un basurero técnico, en Veracruz tenemos un tiradero de basura a cielo abierto en el que viven infrahumanamente los pepenadores, esa subraza de seres humanos capaces de vivir y sacar algún provecho de la basura orgánica descompuesta, es doloroso el espectáculo del basurero con niños y mujeres embarazadas.
Es necesario que las autoridades que nos gobiernan entiendan que están cometiendo auto suicidio, perdón por el pleonasmo, pero deseo hacer énfasis que los funcionarios públicos que han permitido el tiradero de basura a cielo abierto, también están siendo afectados por las partículas cancerígenas que se producen con la basura al quemarse o entrar en descomposición bacteriana, según reportes técnicos, las micropartículas cancerígenas se volatilizan y alcanzan distancias de hasta 60 kmts. de su lugar de generación, ergo, todo Veracruz está expuesto a sufrir cáncer por las partículas toxicas volátiles que se dispersan en el medio ambiente que respiramos.
Grave lo del basurero, pero más grave y propiciador de cáncer son las contaminaciones derivadas de los miles de automóviles que circulan por la ciudad, al estar intermitentemente arrancando y parando el vehículo por el desquiciante tráfico, la combustión es irregular y se generan cantidades enormes de monóxido de carbono, gases sulfurosos y otras micropartículas contenidas en el aire contaminado y que son cancerígenas. Nadie hace nada, el tráfico esta desquiciado y además del tiempo perdido, la salud depaupera, estamos fritos.
Estamos acostumbrados a comer tacos y tortas, sin contar raspados, chamolladas y otros menjurjes que se venden en los puestos ambulantes, la higiene es una rara costumbre del hombre blanco, no debe ser propia de los veracruzanos bien nacidos, por ello, permitimos la increíble, monstruosa insalubridad que impera en los puestos públicos de fritangas y helados raspados que encantan a los turistas y a nuestros niños. Todos se enferman, pero la diarrea es un mal propio de la raza azteca, heredada de otras nacionalidades, entre la insalubridad causante de diarrea y el medio ambiente contaminado, generador de cáncer, estamos al borde de una estadística mortal. O hacemos algo para evitar el panteón o despedimos a las autoridades irresponsables. ¡AGUAS! Septiembre 18 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf |
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