La proclama revolucionaria de Zapata y muchos labriegos que atendieron su grito de guerra, fue en su tiempo una meritoria y justiciera acción, los latifundistas amafiados con el clero, exportaban inicuamente al campesino, trabajando de sol a sol apenas recibía el salario suficiente para mal comer él y su familia, miles de hectáreas de tierra fértil estaban ociosas faltaban manos para trabajarlas y mientras los labriegos asalariados, esclavos de los terratenientes, padecían hasta el suplicio, el boato y dispendio de riqueza era característica de los poderosos dueños de la tierra.
Hizo justicia la revolución, se expropiaron las tierras y se realizó el reparto agrario, en principio todo fue meritorio y merecedor de aplauso en todo el mundo, se reivindicó para el campesino explotado por los amos latifundistas, dando lugar a que el agrarista que había luchado para tener derecho a la tierra laborando como esclavo, se pusiera a trabajar. Todo muy bueno, pero con lo que no se contaba era con la sempiterna actitud de los líderes, se apoderaron de las mejores tierras, el reparto de la disponibilidad económico fue una farsa, el campesino agrarista tenía la tierra pero no disponía de los elementos para labrarla, más grave aún, cuando podía hacer producir la tierra se dio el más grave fenómeno de injusticia, el agrarista era dueño de la tierra, pero la cosecha fue a parar a manos de los líderes campesinos, políticos amafiados y los comerciantes acaparadores que dispusieron de las cosechas pagadas a bajo precio, el campesino quedó igual o peor que cuando trabajaba para el patrón latifundistas; fracasó la reforma agraria y su revolución.
Es urgente un nuevo reparto agrario, quitar la tierra a quienes no la trabajan y constituir cooperativas de producción asociados con el Estado, la tecnificación del campo salvará al país de la actual miseria; basta investigar quienes han sido los beneficiarios de las tierras que hoy son fraccionamientos, el campesino quedó igual o peor que antes de la revolución, los líderes charros amafiados con fraccionadores se han enriquecido y el campo, desde la perspectiva de producción agrícola, está abandonado. ¡AGUAS! Septiembre 15 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf
Hay un tiempo preciso para que todo pase. Tiempo de recalada
Tiempo para arar la vida tiempo tranquilo
De sembrarla, arrimarse a la costa
Proa hacia lo lejos y esperar el destino.
Velas henchidas y calados parejos.
Tiempo de garetear
máquina inerte
dejándonos llevar por el oleaje. Abanico de jade
Tiempo inmóvil se quiebra en el rompeolas.
de ola tranquila Cascada de cristales
viento entre jarcia rompe el agua dormida.
sin empujar las velas. Cae la tarde.
Tiempo de naufragar
yerto el impulso Antonia Martínez Wolf
Encallar en la playa entre la arena Cantora del Mar. |
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