Desde que la PROFECO existe, acudí hoy por segunda ocasión a esta institución, para presentar una queja derivada del mal servicio en un taller mecánico, soporté lo que tanto criticamos los mexicanos, por alguna desconocida razón, algún imbécil inventó la parafernalia de la mecánica operativa de la burocracia, la ciudadanía, creo toda, se queja del mal trato de los burócratas dueños del país, solicitar ayuda de estos raros seres pseudo humanos, es imposible, ellos fueron creados para mortificar, joder a todos aquellos que se acercan a los feudos que dominan y en los que son dueños de vidas y haciendas.
De inicio hay a la entrada un personaje que pregunta a que va uno, hay que responder pues de no hacerlo puede quejarse de mal trato y recibir el quejoso una queja en su contra y sepa madres que pase, me identifiqué y le dije al tipo que mi visita era para presentar una queja, me acercó un libro para dejar asentado que yo iba a la PROCU a quejarme y daba mi nombre sin mayor acreditación, pude decir que me llamo Jose de Cervantes y que me presentaba a joder, a ver a quien, sin mayores problemas me indicó que subiera al primer piso al área de trámites. Diligente y subordinado subí al primer piso.
En el primer piso en el área de tramites había un grupo de personas sentadas esperando ¿Qué? Nadie me pudo decir quien me atendería. Pasados quince minutos se apareció una dama que me solicitó indicara a que iba, le respondí lo mismo que al de abajo, me pidió firmar los papeles de mi queja, me dio un número y me dijo que me sentara a esperar. Afortunadamente solo tuve que hacer 30 minutos de hora-nalga, se me pidió atender la serie de preguntas relacionadas con mi queja, la primera dama era asistida por otra que en alguna forma declaraba que mi queja no procedía, pues yo había ido a otro taller para que resolviera el daño causado por el primer taller, después de explicar lo que pretendía, no cobrar nada, sino una presentar queja para evitar el abuso de los talleres mecánicos, de sus propietarios, se aceptó mi queja y me indicaron que llevara mis documentos para entrega a oficialía de partes. Lo hice y me senté a esperar, se me acerco la primera dama y le pasó los papeles a otra, después de eso se me indicó que mi numero era el no recuerdo cual, que en tres o cuatro días se me llamaría para analizar mi problema.
Mande al carajo a la PROFEPA y fui con mi carro a un taller eléctrico, en media hora encontraron la falla, pague 150 pesos y colorín colorado, la PROFEPA se quedará esperando, no soporto el mal servicio de la burocracia que olvida su función mas importante. ¡SERVIR! ¡AGUAS! Agosto 22 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martinez Wolf |
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