¡Increíble!. Bueno, a decir verdad, la entrada y acomodo del Buque Guanajuato en la plaza construida ad hoc en Boca del Río, mostraba dificultades que con buena voluntad y dinero aplicado en el dragado eran superables, a mi leal saber y entender la tarea mostraba dificultades serias, tantas, que jactanciosamente expresé que si el barco cruzaba la barra yo me comía el ancla. Ando atragantado y no digiero mi error de valoración. Los ejecutores de la proeza, merecen aplauso, mi respeto para ellos.
A manera de justificación, a toro pasado, pero cornado por él, doy mis razones: Soy marino mercante de profesión, desde hace más de 50 años me dedico a la pesca, he formado varias cooperativas pesqueras, entre otras las Cooperativas “Mar Océano” y “Mocambo”, ambas con sede en Boca del Río, he conocido las serias dificultades de la barra de ese lugar, cambiante y con alfaques o bajos cercanos a la barra, nunca o casi nunca, intentamos cruzar la barra en barcos pesqueros con calado de 6 o 7 pies aprox. 2.2 mts.; las ocasiones que algún camaronero se atrevió a cruzar la barra con marea alta, rozaba con la quilla el fondo cenagoso, con riesgo de vararse. Boca del Río solo era puerto para lanchas y yates de poco calado.
La Capitanía de puerto había declarado que el mínimo calado que se podía dar al “Guanajuato”, en lastre y completamente aligerado era de 10.5 pies aprox. 3.2 metros, es decir que para dar ese calado con 30 cms. de seguridad, desde la sonda frente a la barra, hasta el atracadero de la plaza, se deberían sacar entre 60,000 a 100,000 metros cúbicos de material a dragar, a precios corrientes de esa época, un gasto de aprox. 6 millones de pesos o más.
No se cómo se dio la administración del contrato y la batimetría del área a dragar, es como siempre lo es en esta clase de negocios, un secreto bien guardado, en el que contratante y contratista muestran sus mejores armas en la negociación; si los números que se muestran en los carteles publicitarios en la obra se hacen válidos, en el asunto “Meter a Boca” el “Guanajuato” hubo magia y si no la hubo, alguien salió raspado.
Sea como sea, ya fui a Boca a darle su mordida simbólica al ancla del Buque, el Guanajuato se convirtió en un atractivo turístico de primer orden, ganó la batalla sin disparar una sola bala, han pasado más de diez años, el barco sufre y la plaza está en malas condiciones, aparecen los nuevos expertos y pronostican la derrota de esta nueva batalla que libra el Guanajuato en busca de supervivencia. A como de lugar debe conservarse el Guanajuato.
Habiendo sido protagonista de palabra en la anterior batalla librada por el Guanajuato, hoy me uno a los que pretenden su salvamento y doy una idea de mi experiencia: En San diego California el gobierno decidió poner como atractivo turístico y homenaje a la Navy, colocando un buque de guerra, semejante al Guanajuato en tierra firme, para su buena conservación y cumplir su función turística. Al igual que en Boca del Rio, el proyecto parecía difícil de realizar, pero un genio Ingeniero civil maritimista, se le ocurrió rodear el barco con tabla estaca y ya en seco colar hormigón, el barco debe aún estar en San Diego California, pues es un atractivo muy visitado, valga esta experiencia para que un funcionario boqueño o de turismo federal viaje a San Diego y verifique la persistencia de mi dicho. ¡AGUAS! Junio 2 del 2018 lmwolf@propdigy.net.mx Luis Martinez WolF |
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