Aunque parezca fomento o dar armas para que medren algunos malos inspectores, considero que la solución sería mantener una rigurosa vigilancia sobre los barcos pesqueros, obligándolos a llevar bitácoras para que, mediante el cálculo de horas trabajadas y recambio de aceite, entreguen en Puerto el aceite sucio de recambio para procesarlo y darle el destino que la tecnología recomienda. Operación contaminante de los barcos que trabajan en el Golfo de México se presenta también en los talleres de tierra, muchos mecánicos solamente quitan el tapón del carter y arrojan el aceite sucio al drenaje, el que después de un complejo recorrido con tratamiento del agua residual o sin él, termina parte de este aceite en el indefenso litoral, acumulado más contaminación a la que producen los grandes albañales que son nuestros ríos.
Es muy importante que los marinos profesionales hagamos saber a la sociedad, la mecánica de construcción y operación de una embarcación, hay un organismo internacional patrocinado por las Naciones Unidas, IMO, que a través de las entidades gubernamentales y las sociedades de clasificación, proponen el cumplimiento de normas anticontaminantes, más la practica nos ha probado, para desgracia del ser humano, que existen empresas e individuos irresponsables que continúan con prácticas que destruyen la vida en los océanos.
Existe la norma para astilleros, construir barcos petroleros, cumpliendo con las normas de OPA 91, doble casco, saludable disposición que recomendaría su absoluta aplicación, para todos los barcos que pretendan ingresar y navegar en el Golfo de México transportando hidrocarburos o líquidos peligrosos contaminantes.
Pongo a la consideración de quien se interese, sin costo, una solución al problema derivado del vertimiento al mar, ríos, lagunas o presas, de aguas residuales sin tratar, el asunto reviste importancia, las autoridades responsables solo soslayan el problema, tratando de resolverlo con plantas cuyo mantenimiento es muy oneroso, se inauguran las plantas y en poco tiempo quedan fuera de operación o funcionan mal. Propongo un sistema y planta que resuelve el problema, pues además de tratar las aguas residuales con simplicidad operativa, tiene resultados favorables al erario, tiene como subproducto de la operación, una composta de gran demanda en la agricultura, optando por la producción de lombricomposta, en cuyo caso la planta de tratamiento de aguas residuales en lugar de tener un costo operativo tiene utilidades.
Vale la pena analizar aspectos de la planta que hace tres o cuatro años inauguró el Presidente Peña Nieto en el Estado de Jalisco, el agua resultante pretenden sea inyectada al sistema de agua potable municipal, con tratamiento final o pulido por intercambio iónico, su costo alarma, para tratar aprox. seis metros cúbicos por segundo, se reporta un precio de la planta del orden de 3500 millones de pesos, lo que además de ser alto, es insuficiente para tratar las aguas residuales de la zona conurbana con Guadalajara que tiene una población cercana a los 8-9 millones de habitantes, la construida en Jalisco tiene capacidad para atender aprox. 2 millones de habitantes que consuman al día cada uno aprox. 250 litros de agua, la planta, además de cara es insuficiente para Guadalajara.
Vale consideren las autoridades, construir en la zona periférica conurbana cuatro plantas de 6 mts Cub/seg, cada una con un precio de 150 millones de pesos. En otras palabras, se
requiere tratar al día 24,000 litros por segundo de aguas residuales, que genera o demanda una población de 8 millones de habitantes, consumiendo cada persona aprox. 250 litros de agua potable, se deberá proyectar disminuir el consumo por habitante a 150 litros/día, con lo que se tendría satisfecha la necesidad de tratamiento por hasta 15-20 años. ¡AGUAS! Marzo 25 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martínez Wolf |
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