Sin planearlo, me engrané con los días conmemorativos, el del agua, del medio ambiente y meteorología, expongo algunos daños que alteran el medio ambiente:
Lavado de tanques de los grandes buques transportadores del crudo producido en el Golfo de México, incluyo botado de aguas de lastre.
Achique de sentinas con arrastre de aceite usado de los miles de pesqueros y buques mayores que trabajan en el Golfo de México.
Gases de escape de los miles de lanchas con motores de fuera de borda.
Escurrimiento hacia el mar de aguas residuales no tratadas en los grandes centros urbanos del Golfo de México y que incorporan entre otros contaminantes el aceite sucio, recambio de varios millones de automóviles.
A pesar de las rigurosas normas que existen para el lavado de tanques de los grandes buques transportadores de crudo, la creación de los sistemas para la separación de aguas aceitosas de sentinas, continúa la irresponsable y criminal practica de arrojar estos contaminantes en altamar, aunque el control ha llegado a la sofisticación de vigilancia por satélites, en nuestro caso y como reglamente nacional para la protección de las aguas litorales, podríamos considerar la creación de una Comisión supervisora, protectora del medio ambiente que regulara la entrada de barcos petroleros al Golfo de México y mantuviera control sobre los que practican cabotaje.
Al igual que como abordan barcos los Pilotos de Puerto, cuando entran en aguas jurisdiccionales portuarias, el cuerpo de inspectores que operaran, en coordinación internacional, abordarían los buques en puntos de control situados en Contoy México, cabo San Antonio Cuba y Key West Florida EU, procediendo a una rigurosa inspección de los equipos y procedimientos anticontaminantes; barco que no cumple, no entra al Golfo de México. El procedimiento parecerá costoso, pero mucho más caro resultará al hombre rehabilitar nuestros océanos. Hay peligro de no poder logarlo.
Si consideramos que en el Golfo de México laboran en faenas de arrastre aproximadamente 4,000 barcos pesqueros, con un gasto de aceite de recambio, de aproximadamente tres litros por día por barco durante 200 días de faena al año y si consideramos las perdidas adicionales por fuga, resulta que se arrojan al mar aproximadamente 3,400 toneladas de contaminantes al año, incluyo para llegar a estos valores la nada despreciable cantidad que arrojan otros miles de embarcaciones menores que sigue la misma nefasta costumbre para producir contaminantes del mar.
Tomando en cuenta una franja de 100 millas y un perímetro del Golfo de aproximadamente 2,250 millas, resulta una superficie total de 769,970 millones metros cuadrados que absorbe cada uno 4.4 mg/mt2, si atendemos la escala establecida por Wong C.S. en 1976 y aceptada internacionalmente, resulta una contaminación “Muy fuerte” que afecta el Golfo de México y Océano Atlántico, vía Gulf Stream.
Contemplar nuestros arrecifes afectados mortifica, más el agente mortal continua actuando, pensado siempre que lo que cada uno hace, no es muy dañino y al final de cuentas, también razonamos con el apotegma: “ El que venga atrás de arree” ¡AGUAS! Marzo24 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martínez Wolf |
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