La apodada Atenas veracruzana está convertida en un desorden ambiental por causa de la gran cantidad de vehículos que circulan por sus calles, bueno, los causantes del problema no son los carros, sino los propietarios de los mismos, por ignoradas razones han optado por el suicidio, tarde o temprano la ciudadanía caerá desfallecida por causa del aire que respira, saturado de gases tóxicos que introducen en su organismo, no hay salida visible, nadie quiere dejar el automóvil y los problemas son día a día mayores. En el panorama a corto plazo, las autoridades tomarán medidas de carácter dictatorial, ya que es imposible continuar viviendo en la sede de los poderes estatales, la cerrazón a no dejar el carro es innegociable.
La semana pasada necesité permanecer tres días en Xalapa, siempre había estado de pasada, algunas horas y a gusto soportaba el aire que se respira, regresé al puerto con la garganta irritada, los ojos inflamados, y convencido de que algo se debe hacer para salvar a los jalapeños y la población flotante que por necesidad tenemos que ir a la antigua Atenas.
Me informó un taxista que circulan más de ciento cincuenta mil automóviles, el servicio público está en crisis, pues por causa del intenso tráfico el negocio resulta incosteable, a pesar de la necesidad de transporte, muchos taxis circulan sin pasajeros, observé en la mañana que muchos vehículos circulaban con un solo tripulante, el conductor, otros eran manejados por una dama que con seguridad llevaba a su retoño a la escuela y muchos autobuses con poco pasaje. ¡Ese es el problema!, el tonto afán de quienes acuden al trabajo y se transportan en su automóvil, igual las señoras que insisten en llevar a sus hijos en el pesado VAN, en lugar de contratar el servicio público o el autobús de la escuela cuando lo hay. Un carro para una o dos personas es la causa principal del problema.
No tiene defensa el Gobierno, la ciudadanía ha respondido indignada ante la intención de las autoridades de implantar, como en el DF, el programa de limitación diaria a un determinado número de vehículos de acuerdo a la terminación de las placas, los taxistas también protestan ante el intento de limitar la circulación de algunos, los camioneros del transporte de pasaje, solo encuentran solución pidiendo el aumento de tarifas, mala salida pues no es esa la causa del bajo ingreso.
Los niveles de CO2 que pretenden los ambientalistas sea del orden de 300 partes por millón, ignoro como anda la atmosfera de Jalapa, pero la sensación orgánica, es que esta igual o peor que el DF, no se resuelve el asunto sembrado árboles para asimilar el carbono, dan belleza y atenúan el problema, pero es tan grave que solo reduciendo el parque vehicular que circula podremos salvar nuestros pulmones. Muy grave la bronca. ¡AGUAS!
Marzo14 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martínez Wolf |
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