La sabiduría popular nos ilustra hasta el cansancio, dándonos recomendaciones que adecuadamente interpretadas o aplicadas impide que un dicho popular tenga efecto, aquel que dispone “Ranchero que olvidó las cabañuelas, ranchero que perdió en la siembra”. A pesar del ancestral imperativo, la humanidad desprecia hoy esa sabiduría y prefiere encender el radio o TV para escuchar el pronóstico del tiempo, apuesta que ante la locura del cambio climático tiene locos a los meteorólogos.
Aunque los petulantes académicos de la lengua atribuyen el vocablo “cabañuelas” como derivado lingüístico de “cabaña”, la ciencia histórica aclara el concepto y hace derivar la palabra de la cultura Maya, quienes median su tiempo con año de dieciocho meses y veinte días cada uno, añadiendo cinco vagos o caprichosos días haciendo los 365 que muchos siglos después adoptó el año gregoriano. El día 16 le denominaban los mayas “cabanel” y tenia importancia para que en su primer mes, POP, (enero en nuestro calendario) establecieran el pronóstico meteorológico de todo el año, llamaban los mayas a las cabañuelas “Chac-chac”.
Como yo soy ranchero ya civilizado y politizado, acostumbro hacer el pronóstico del tiempo meteorológico y político atendiendo la cultura Maya-Católica y la política, según los indicadores harto claros que da la experiencia de soportar a los gobernantes mexicanos, asunto mas perro y complicado que el proceso de elaborar las cabañuelas de Enero y Agosto observando los cambios climáticos del Mes de Enero, solo que las cabañuelas políticas tienen cien días, los cabalísticos cien primeros días.
Ya Felipe Calderón proclamó sus cabañuelas, en cien días nos dará a probar el chocolate que tomaremos los próximos 2190 días mas lo indigesto, perdón, bisiesto que se atraviese. Cada día de su programa de cien corresponderá a 21 días del sexenio, los últimos tres meses no cuentan por que son de hacer maletas para el “entregas y te vas”.
Atendiendo esta sencilla analogía sumeria-babilonica-Maya-cristiana y aplicando el cálculo de cabañuelas políticas, y en consideración a los indicadores de estos primeros días, los próximos 252 días serán de puro madrazo y recortes de los constreñidos salarios de los pobrecitos políticos.
Bueno, yo elaboraré mis Chac-chac en los próximos 86 días hasta completar los fatídicos cien, a lo mejor son de bienaventuranzas, que nadie se llame después sorprendido; Felipe Calderón nos dará chance de saber lo que viene todo el sexenio en cien días. Hagan sus cabañuelas. ¡AGUAS! Dic. 14 del 2006 www.barloventeando.com Luis Martínez Wolf |
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