La ordenada manifestación de los sentidos se identifica con la cultura, si la expresión de un sentido es bella, armónica, científica y agrada a los demás, propios o ajenos, es arte, la expresión puede ser privativa de algunos privilegiados, pero recibirla se da con laxitud, todos podemos recibir y gozar la expresión artística, aun sin entenderla.
Las expresiones culturales se han acartonado por culpa de las autoridades, los culpables mas destacados son las educativas, semejante impacto, pero con la irresponsabilidad del nivel económico, se da por causa del desinterés en el núcleo familiar. Hablar de música clásica o pintura abstracta, es tratar de introducir el entendimiento del arameo antiguo en la educación elemental. Para el sentir popular, el ballet es cosa de maricones, los clásicos de la literatura antigua y moderna, compiten con desventaja ante los pasquines de héroes imposibles o fantasiosos personajes que rebasan con mucho a los de la literatura griega antigua.
El mundo cibernético ha cambiado el concepto de la cultura, lo que hasta hace treinta años era inaccesible para los niños, hoy es cosa ordinaria para quien tiene elemental formación de la computación, vivimos en un espacio tiempo increíble, debiera ser positivamente grandioso, sin embargo, día a día la humanidad cede ante la incultura de la barbarie cibernética, los cafés de internet invaden el mundo entero y son frecuentados por niños y jóvenes que solo juegan con pasatiempos que destruyen su capacidad para desarrollar ideas que eleven su intelecto o capacidad de asimilar cultura.
La política gubernamental y la electoral de estos días, son la ominosa muestra de la pobre educación que invade nuestro mundo, pretenden acceder a posiciones importantes, incultos personajes que habían llegado muy lejos en los liderazgos laborales, engañando a los trabajadores y enriqueciéndose a costa de explotarles, hoy, esos mismos, abordan cual filibusteros el poder legislativo, con la patraña de representar al pueblo, apoyados por sus partidos y la gran experiencia en mil trastupijes vía burocrática, que bien manejan, están acabando con nuestro México.
Los líderes de trabajadores merecen respeto, los hay con carácter filantrópico, aplican la experiencia y conocimiento de su reglamento, son necesarios, pues defienden un sector humano que necesita ayuda, mal, muy mal que se apoderen de cargos públicos en los que solo van a la rapiña.
La salvación Nacional está en la exigente selección de los pretendientes a un puesto de elección popular, antes está o debiera estar la culturización, elemental, pero hacer entender al pueblo que la historia no es solo una materia de examen escolar, es el conocimiento de los acaecimientos vividos, causa de lo que hoy somos, el civismo exige el conocimiento de normas fundamentales, asimilar solo 29 artículos de garantías individuales es cultura política que puede salvarnos. ¡AGUAS!
Enero 7 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luís Martínez Wolf |
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