El pasado domingo 7 de junio salí de mi domicilio, en compañía de mi esposa Rosa Aurora, para sufragar en los comicios intermedios y elegir al candidato idóneo para ocupar una curul en el Congreso de la Unión. Mi voto se encauzaría hacia aquel ciudadano que me convenciera por su integridad personal, por su afán sincero en la defensa de la soberanía nacional, de nuestros energéticos y en particular a favor del petróleo así como de la industria eléctrica sin dejar de lado su compromiso con los sectores sociales más desprotegidos. Cuando deposité mi boleta en la urna me sentí tranquilo y optimista, sin pensar para nada en los rumores malignos, en las amenazas veladas y en el “miedo inducido”. En ese momento no pronosticaba los resultados de la votación ni calculaba el grado de abstencionismo. El sábado anterior y durante ese inicio del domingo había tenido noticias gratas de tipo deportivo y por ello me preparé mentalmente para asimilar con entereza todo lo inherente al fenómeno democrático que se desarrollaba.
Al retornar a mi casa me enteré que ese día crucial se disputaban a nivel nacional 2179 cargos públicos: 500 diputados federales, 9 gubernaturas, 17 congresos locales, 300 alcaldías y 16 jefaturas delegacionales; que la lista general nominal comprendía a 83 millones 563 mil 190 ciudadanos, de los cuales el 48 % eran hombres y el 52% eran mujeres. Por lo que se refiere a nuestra entidad sólo sufragaríamos por 21 diputados federales y para ello se instalarían 10,257 casillas distribuidas en los 212 municipios; que 71,799 operarían como funcionarios de las mismas y que el padrón veracruzano tenía enlistados a un poco más de 5 millones y medio de electores. Al paso de las horas se denunciaron ante las autoridades del INE irregularidades diversas, twitters tendenciosos de artistas y deportistas, spots televisivos y las clásicas marrullerías del partido mayoritario. Fue muy gratificante saber que también los niños intervinieron y mediante sus dibujos, respuestas u opiniones abogaron por un Veracruz sin contaminación, con educación de calidad y a favor de los árboles y de la naturaleza, haciendo énfasis en detener la violencia y los latrocinios.
Después de las 8 de la noche empezaron a fluir los resultados y a detectarse el índice de abstencionismo, indicando las cifras que en lo general de cada 10 ciudadanos en edad de votar, 4 cumplimos con nuestro deber y derecho y que lamentablemente 6 no se presentaron a las urnas. Lo predecible se hizo realidad en Veracruz, de los 21 distritos electorales 16 hasta ahora de proyectan para la alianza PRI-Verde, 2 para el PAN, 2 para MORENA y 1 para el PRD, emergiendo el Movimiento de Regeneración Nacional como la tercera fuerza en la entidad jarocha y ocupando tal instituto el cuarto escaño en el escenario general. Dándose el caso insólito que un candidato independiente triunfa como ganador en la contienda gubernamental en Nuevo León, que un joven autónomo jalisciense también triunfa como Diputado Federal y que el tricolor, con Peña Nieto y Duarte de Ochoa, aun ganando la mayoría de los puestos en disputa, reciben el castigo de la ciudadanía en diversas latitudes de la República.
El pueblo no es tonto, ni irresponsable ni apático. Del ejercicio electoral del pasado domingo habrá que obtener singulares enseñanzas, porque más allá de los resultados hubo un abstencionismo atroz, además urge una profunda reforma electoral, pues no se vale que un partido como el Verde siga procediendo como le venga en gana y que el mismo sistema lo cobije de manera vergonzosa; por otra parte, habrá que analizar a fondo la estructura y el funcionamiento del INE en muchos renglones, específicamente en los inherente al financiamiento, toda vez que se ha visto que de manera cínica el que tiene más recursos, por obscuros que éstos sean, es el que se levanta con el éxito sin poseer los méritos para detentar un puesto de elección popular.
Por lo pronto y a reserva de comentar más sobre el particular, me siento afortunado de ser parte de la ciudadanía xalapeña porque durante ese 7 de junio sufragó mayoritariamente por un mejor Veracruz y por un México diferente.
ATENTAMENTE
PROFR. JORGE E. LARA DE LA FRAGA |
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